Lo imposible coexiste con lo cotidiano a fuerza de entrelazar los sueños con las necesidades más básicas. Ir en busca de comida implica los riesgos de encontrarse con un ogro o con otros buscadores de comida que son capaces de matarnos a la menor provocación. La guerra ha devastado los campos y la pobreza es rampante. Sin embargo, el amor y la lealtad también tienen cabida. De hecho parecen ser lo único capaz de sostener lo que aún queda del mundo.